viernes, 28 de diciembre de 2018

Mis cuentos pendientes 2018


Mis cuentos pendientes de 2018

Acaba el año y me apetece hacer recuento y valoración de mis lecturas de este período. Por la combinación de circunstancias familiares y laborales, he tenido meses de muchas lecturas y otros de menos. Al final, como veo que es costumbre en mis últimos años, el total de libros (aunque creo que en esto como en tantas cosas no se trata de cantidad) ronda los 100. Este año he anotado 109 libros. Otros años, llegando a estas fechas, elaboraba una lista de 10 libros (con distintas trampas para colar siempre alguno más), sin separar géneros. Pero esta vez creo que me apetece más clasificar (con lo tramposo que es a su vez esto) mis lecturas por alguna característica (más que género) y destacar unas pocas en cada uno de esos grupos. He releído más que otros años y he ido leyendo como viene siendo tendencia ya en los últimos años más ensayo y no – ficción, en algunos meses casi tantos libros de estos como de ficción. Sigo tachando clásicos pendientes, aunque siempre quedarán huecos por ahí, y siempre habrá clásicos que no me atraigan (como a cualquier lector), y aunque mi memoria trataba de engañarme diciéndome que no había leído demasiados libros de cuentos, resulta que han sido 16. Incluso nunca hubiera dicho que había leído 7 cómics, y resulta que sí, así que hasta recomendaré alguno. Normalmente leo bastante novela negra, y cuando no es negra, de terror, y este año también (unas 15), pero debo reconocer que ninguna ha quedado especialmente en mi memoria, quizá la mejor ha sido Tiempos oscuros, de John Connolly, una buena entrega de su serie de Charlie Parker, pero tampoco un libro a recordar, y a ratos Corrupción policial de Don Winslow, un autor con el que insisto e insiste el mercado editorial pese a que nunca ha vuelto a acercarse al nivel de El poder del perro. Me ha costado hacer una diferenciación clara entre novelas de ficción, autoficción y narrativa no – ficcional, porque mucha autoficción tocaba por sus extremos a cualquiera de las otras dos, y no sabía muy bien qué hacer con las novelas que no son de autoficción pero que juegan a parecerlo, así que bajo esas etiquetas hay a veces artefactos narrativos que realmente no tienen demasiado que ver unos con otros. Lo importante, y quizá sea lo esencial al final, es que los libros que destaco considero que merecen una lectura, más allá de dónde podamos (o queramos o debamos) clasificarlos, o si lo mejor sería no clasificar tanto.

Empezaré con la narrativa larga
Novela traducida.
Me refiero a novela traducida más o menos contemporánea (porque luego decidir qué es o no un clásico es difícil, y siempre arbitrario, como ese stand de la librería de El Corte Inglés de Goya donde dice: Clásicos hasta Generación del 27, pero te puedes encontrar libros de García Márquez, Rayuela de Cortázar o El túnel de Sabato). Es el grupo al que puedo asignar mayor número de lecturas (algo más de 40), entre las que destaco especialmente



1. GB84, de David Peace (Hoja de Lata)
2. No, mamá, no, de Verity Bargate (Alba)
3. Némesis, de Philip Roth (Mondadori)
4. Tránsito, de Rachel Cusk (Libros del Asteroide)


Novela en español
¿Sólo uno? Sólo uno. He leído menos novela en español que traducida, es verdad, unas 10 novelas, y por honestidad intelectual (por ponerle un nombre) he decidido no destacar dos libros que me han gustado al mismo nivel (al menos) que el de Sara Mesa, pero que han escrito amigos y que además me invitaron a presentar, y me parece siempre feo destacar: El libro de mis amigos, ese mismo que yo presenté, es muy bueno, de lo mejor del año. Así que los vuelvo a dejar recomendados, pero no los meto a competir, por decirlo de alguna manera, son: Cariño, de Miguel Ángel González, y Distinta Clara, de Alba Ballesta, y ambos tuvieron reseña en su momento.


Clásicos
¿Dónde empiezan y terminan los clásicos? Supongo que llamo clásico a todo libro que está en un panteón, que ya no se discute, y como decía alguien, que casi no se lee. Novelistas del XIX, Premios Nobel, esas cosas. A los clásicos nos acercamos a veces con una reverencia, y con temor a no entenderlos. Nos acercamos a veces también con medio bostezo ya en la boca, y la verdad es que lo apropiado sería plantearse que algo tendrán cuando llevan décadas o siglos leyéndose. Muchos de los que he leído este año, aparte de más o menos importantes y destacables por sus cualidades literarias, han sido lecturas muy entretenidas. Me pregunto ahora por qué no había leído antes libros como:
1. Las palmeras salvajes, de William Faulkner (Edhasa)
2. Los Buddenbrook, de Thomas Mann (Edhasa)
3. La caída, de Albert Camus (Alianza)
4. Los papeles póstumos del Club Pickwick, de Charles Dickens (DeBolsillo)


Ensayo (o aproximaciones cercanas)
Teniendo un concepto elástico del ensayo (o sabiendo, sencillamente, que bajo el nombre de ensayo puede haber textos de ambiciones, construcciones y formas), cada vez disfruto más metiéndome en sus páginas, flipando con la realidad como a veces me cuesta hacerlo con la ficción, igual que me pasa con los documentales y las series documentales en vez de con el cine. Aquello de que la realidad supera a la ficción se convierte muchas veces en una verdad, como cuando he leído:
1. Historia alternativa del siglo XX, de John Higgs (Taurus)
2. Cronometrados, de Simon Garfield (Taurus)
3. Del boxeo, de Joyce Carol Oates (DeBolsillo)
4. Las especias: historia de una tentación, de Jack Turner (Acantilado)
5. Biblioteca bizarra, de Eduardo Halfon (Jeckyll y Jill)


Autoficción y No – ficción:
Estos libros podrían estar en otras de las categorías, pero he decidido agruparlos aquí, sabiendo que uno además es simplemente una biografía.
1. Fun Home, de Alison Bechdel (Reservoir Gráfica)
2. La casa de los lamentos, de Helen Garner (Libros del KO)
3. El dolor de los demás, de Miguel Ángel Hernández (Anagrama)
4. Open, Memorias de André Agassi (Duomo)





Libros de cuentos
Conozco pocas sensaciones tan difíciles de olvidar como caerte en un libro de cuentos realmente potente. Quizá solo darte cuenta de que estás escribiendo uno y que está funcionando (sin pretender comparar niveles, claro). ¿Cómo debió sentirse Gógol por ejemplo escribiendo en un breve periodo de tiempo obras maestras consecutivas del relato como El capote, La nariz y La avenida Nevski? ¿Cómo no sentirnos hoy impresionados ante algo así? A Gogol lo pongo en la lista aunque es en cierto modo relectura, ya que leí hace dos años una colección con sus cuentos completos, y estos, claro, estaban allí (y ya veo que los destaqué como los mejores). Aún así, no ha sido el libro de cuentos que más me ha llenado en este año de lecturas. Y algunos que he leído aunque no los he situado en la lista me parecen también muy buenos (Pájaros en la boca y otros cuentos, de Samantha Schweblin o Las cuatro estaciones, de Ana Blandiana, por ejemplo).
1. Cuentos escogidos, de Joy Williams (Seix Barral)
2. Cuentos de San Peterburgo, de Nikolai Gógol (Alianza)
3. Cuentos escogidos, de Shirley Jackson (Minúscula)
4. Estabulario, de Sergi Puertas (Impedimenta)
5. En el corazón del corazón del país, de William H. Gass (La Navaja Suiza)


Descubrimientos, rarezas, rusos que han ido apareciendo en mi vida
Hay libros que aparecen sin esperarlos, o libros que nunca pensaría que iba a leer (con esos títulos, con esos resúmenes), libros a los que llegas desde otros libros, o autores que caen por casualidad en tus manos y te obligan a apuntar sus nombres. Eso me ha pasado con algunos libros este año, como me pasa todos, y ha sido constante durante todo el año la aparición de autores rusos poco conocidos (al menos para mí), algunos autores de género (negro, de ciencia – ficción, espías) rusos y alguien a quien seguiré descubriendo, Sergei Dovlatov.
1. Retiro, de Sergei Dovlatov (Fulgencio Pimentel)
2. Moscú 2042, de Vladimir Voinovich (Automática)
4. Magma, de Lars Iyer (Pálido Fuego)


Cómics
Ya colé Fun Home en la parte de autoficción. También me han emocionado los dos primeros volúmenes de la serie Los combates cotidianos, del francés Manu Larcenet (Norma Editorial). Me quedan otros dos que caerán a principios de 2019.








Fuera de categoría
Nunca pensé que acabaría leyendo un libro como Las confesiones de San Agustín de Hipona (Tecnos). Un amigo lleva años recomendándolo, y siempre me sonó a recomendación friki. Otra amiga me lo regaló hace unos años y dormía en mis estanterías hasta que este verano lo cogí y estuve leyéndolo y releyéndolo durante muchas noches. Supongo que es un libro que normalmente se leerá desde la fe, y yo lo he leído desde lo ajeno y como un artefacto literario. Y como obra literaria me planteé que puede ser el libro con el que empieza toda la autoficción que haya podido venir después. Y entre reflexiones lúcidas y miradas en un espejo cruel disfruté mucho de él. Tanto que sigue en mi mesita, como algo que leer de vez en cuando, más en busca de consuelos que de consejos, como contaba Philip K. Dick que hacía con el I Ching. Pero creo que es un libro tan distinto que no tiene sentido tratar de colarlo en una lista de lecturas del año, entre novelas, cuentos y ensayos.


Por no romper del todo la continuidad con otros años, he ido decidiendo, según escribía estas líneas y aclaraba mis propias ideas y jerarquías, dar un listado del 1 al 10, tentativo, lleno de dudas, pero que trate de resumir lo resumido.
1. GB84, de David Peace

2. Las palmeras salvajes, de William Faulkner

3. Cuentos escogidos, de Joy Williams

4. Historia alternativa del siglo XX, de John Higgs

5. Cara de pan, de Sara Mesa

6. No, mamá, no, de Verity Bargate

7. Cronometrados, de Simon Garfield

8. Cuentos escogidos, de Shirly Jackson / Estabulario, de Sergi Puertas

9. Fun Home, de Alison Bechdel

10. Némesis, de Philip Roth


Todos los títulos que he incluido en esta entrada son, en cualquier caso, grandes libros, que me han hecho disfrutar y sentir algo distinto. Espero que algún lector decida apuntarlos y darles una oportunidad, lo agradecerá.

Felices lecturas

Seguiremos leyendo en 2019

Sr. E

2 comentarios:

  1. Tomo nota, Mr. E.

    Aunque tengo una duda, a qué velocidad sueles leer. Quiero decir, cuántas páginas aproximadamente supone para ti una hora de lectura. No sé si te lo has planteado antes. Siempre me ha encantado leer, pero presiento que soy excesivamente lento. En una hora no puedo leer más de 30 páginas o 40 a lo sumo. ¿Cuál es el secreto para leer cien libros cada año? ¿Te vas saltando líneas? ¿Capítulos? ¿Lees mientras trabajas? ¿No duermes? ¿Cómo va eso?

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  2. Jajaja, no sé, creo que si calculo leeré unas 60 páginas por hora. Es verdad que hay ciertos libros (más comerciales o más simples) que lees más en diagonal, al revés otras prosas te hacen ir más lento. 100 libros al año al final son 2 a la semana, si saco 2 horas de lectura en un día laborable (el transporte público en las grandes ciudades ayuda mucho) y algo más los fines de semana, salen las cuentas.

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