lunes, 31 de agosto de 2015

Cuervos, de John Connolly

Cuervos, de John Connolly
Ed. Tusquets (2.012)

Hace unas semanas tuve que hacer un viaje exprés a Valencia desde Madrid. Tenía por delante, entre la ida y la vuelta, unas cuatro horas de AVE para el mismo día, y no tenía empezado ningún libro que resultara cómodo para transportar o que me pareciera que tuviera la ligereza que una lectura para un tren (o para ir en el metro, o en bus o en avión, tanto da) creo que debe darnos. Tiré del último libro de la serie de Charlie Parker que había comprado y al que aún no había encontrado un hueco este verano. Llegaba así al décimo volumen de esta serie de novelas negras (en muchos sentidos). Considero que Connolly es un escritor de entretenimiento con un nivel medio bastante alto. Sus novelas no son dieces pero creo que ninguna de las que he leído hasta ahora está por debajo del siete (tal vez Los hombres de la guadaña, pero por lo que he leído hasta Connolly reniega en cierta medida de ella).

Mi última experiencia con Connolly no había sido satisfactoria. En junio me compré en la Feria del Libro el volumen de relatos Nocturnos, que teniendo buenos relatos me pareció que en general era un libro irregular y en el que se notaban demasiado los modelos que estaba siguiendo y que era un libro (como reconocía el autor en el prólogo) encargado. Por cierto, creo que Tusquets debería cejar en su intento de engañarnos a los lectores de Connolly colando en las ediciones de bolsillo, con numeración correlativa a la serie de Parker, libritos de Parker como Más allá del espejo, que en inglés es un relato más de Nocturnos o la novela Malvados, que no pertenece a la serie sino que tiene otros protagonistas, y que supongo que piensan que compraremos despistados pensando que se trata del siguiente volumen.

"Podía tratarse de una mentira con engaño o una mentira por omisión, pero la había. Me constaba, porque siempre hay una mentira". pg. 54

Los cuervos a los que se refiere el título de la novela aparecen al principio del libro acechando en grupo a sus presas. Los cuervos son animales inteligentes que se organizan en grupo para dejarse caer sobre sus víctimas, como los distintos depredadores que aparecen a lo largo de la novela. Su amenazadora presencia se repetirá en varios momentos de la trama.

Cuervos tiene lo que los lectores de Connolly estamos acostumbrados a encontrar: investigación policíaca con una fuerte dosis de literatura fantástica apoyada en fenómenos sobrenaturales. En el caso de Connolly, los dos polos sobre los que se mueven sus historias, el del suspense y el del fantástico sobrenatural, se mueven en el eje de la lucha del Bien contra el Mal. Siempre, por supuesto, apoyándonos en los hombros para nada bien definidos en esa lucha del protagonista, Charlie Parker. Los malos sí suelen estar habitados por el Mal absoluto. En algunos casos porque son demonios, ángeles caídos venidos a la tierra, en otros casos transmitiéndonos que los humanos sabemos ser tan malos como los demonios a los que les cargamos las culpas.

"Y me quedé dormido soñando con hombres sin rostro". pg. 92

El caso principal de este nuevo caso de Charlie Parker es el secuestro de una niña, Anna Kore, para cuya búsqueda contratan a Parker. El caso no le llega de forma directa, sino a través de un vecino de la niña al que han empezado a llegarle notas anónimas. Ese vecino se agobia ante la posibilidad de que quien quiera que sepa tanto de él intente cargarle la culpa del secuestro de la niña. Y, ¿por qué? Porque como en todas las historias de Parker, lo que se ha hecho mal en el pasado vuelve a la vida para pedir cuentas, y este hombre, cuando era un adolescente, participó en la violación y tortura de una niña negra. Después de haber cumplido su pena y haber salido en libertad con una nueva identidad y sin ningún vínculo con el pasado, alguien parece haber dado con él.

Parker se interesará por el caso e irá descubriendo nuevos flecos de los que tirar para ir comprendiendo el tapiz completo. La niña negra a la que torturaron empezará a aparecer en sus ensoñaciones, junto a su hija muerta. Como en todas las novelas de la serie, lo que hace que los libros puedan leerse de manera independiente, aunque tal vez acabe cansando a quien lea varios, se nos cuenta que Parker es un ser atormentado que perdió a su mujer y a su hija a manos de un asesino que se coló en su casa cuando él trabajaba en la policía y bebía demasiado. Parker conoció el infierno y empezó a trabajar como detective movido por el ansia de revancha, aunque ha ido controlando sus demonios interiores y ahora lo mueve en mayor grado un cierto sentido de responsabilidad en la lucha contra el mal que de venganza personal, pese a lo cual sigue teniendo un lado oscuro que a veces sale, y no deja de ser un personaje peligroso.

"Descendió un poco más, agachándose para abarcar con la mirada todo el sótano, y sintió pánico, y temor, y pérdida.
Pero, sobre todo, sintió cierto alivio.
Ella se había ido". pg. 200

Sin entrar en detalles que le adelanten los giros en la trama a quien se quiera acercar a la novela, sí se puede decir que un conflicto racial latente (a la niña negra la mataron dos adolescentes blancos movidos por el aburrimiento vital, uno de ellos además de una posición acomodada) está presente, así como una subtrama relacionada con la mafia de Boston, que será la que haga que dos de los personajes habituales de la serie, los amigos de Parker Louis y Ángel, tengan que intervenir. Como lector habitual de la serie, me parece que su aparición en este libro está bastante forzada y empiezan a caer en comportamientos estereotipados, propios de secundarios habituales de telecomedia, y quizá deberían tomarse un descanso y volver a ayudar a Parker cuando sea absolutamente imprescindible.

"Le costaba mantener en la cabeza las dos posibilidades contrapuestas: una de vida, la otra de muerte. Las probabilidades se decantaban del lado de la muerte, y de una tumba poco profunda en el bosque". pg. 324.

No es uno de los mejores libros de la serie de Parker, pero reitero que todas sus novelas tienen un buen nivel medio y son una buena elección, que seguiré repitiendo, cuando uno tiene unas horas de viaje por delante y pretende tener una historia que lo absorba durante ese tiempo. Lo mejor de la serie, a mi entender (los libros que ocupan el lugar 4, 5 y 6 en la serie: El camino blanco, El ángel negro y Los atormentados) ha quedado atrás, pero Cuervos tiene muy buenos momentos. Connolly sabe escribir y mantener la tensión, y administra sabiamente la receta que mezcla lo policíaco con lo sobrenatural como nadie (creo que los lectores habituales de su obra verían su sombra sobrevolando la celebrada primera temporada de la serie de TV True detective; me extraña, por cierto, que nadie haya visto aún la conveniencia de abordar una serie de televisión oscura con capítulos de 90 minutos para cada una de las novelas). El paisaje elegido, los mismos pueblos llenos de bosques de Maine en los que transcurren tantas historias de Stephen King y en los que Connolly pasa parte del año, suponen el fondo adecuado para estas historias, que se aprovechan perfectamente de su frío ambiental, la frondosidad de sus bosques, la tendencia a crear comunidades cerradas ideales para guardar los secretos de sus vecinos y la inquietante presencia de cuervos al acecho.

"Así que la noche dio paso a la mañana, y seguían las preguntas. Para algunas tenía respuesta, y para otras no. A veces me limitaba a mentir". pg. 351.

Más reseñas el próximo lunes
Sr. E

No hay comentarios:

Publicar un comentario