jueves, 16 de febrero de 2017

Amberes, de Roberto Bolaño

Amberes, de Roberto Bolaño (Ed. Anagrama)


Amberes, de Roberto Bolaño, es una ¿novela? de apenas 120 páginas. Digo ¿novela? porque es un texto de naturaleza bastarda más que mixta, que se acerca al relato en ocasiones, que se acerca a veces más a la poesía, y que solo se define como novela si entendemos así una obra en la que se repiten motivos y temas, ligados de una u otra manera, en este caso mediante una estructura vaporosa. Tras la muerte de Bolaño, Amberes fue incluido en el volumen La Universidad Desconocida, un libro que trataba, en principio, de recoger la poesía del autor chileno, esa en la que decía poner lo mejor de sí mismo y esa que nunca le dio los mejores resultados.

Creo que a Bolaño le debía importar poco si escribía novela, relato o esas construcciones mixtas con aire poético. Esos monstruos que Rodrigo Fresán definiría como libros mutantes pensando en novelas como Los detectives salvajes. No sé con qué intención escribió Amberes. Bolaño era más sabio que todos los desocupados del futuro, los que tratan y a veces tratamos de sexar sus libros una vez leídos. Lo más recomendable es leer. Sin más. Por lo que escribe en el prólogo de la edición de 2002, la que he leído, era un texto destinado al cajón de inéditos de un autor. Ese prólogo vale mucho más que esta reseña y que muchas de las tesis doctorales que están escribiéndose sobre Bolaño en este momento. Amberes es en cierto modo una de las primeras publicaciones póstumas de Bolaño, tan primera que es previa a su muerte. Tras su explosivo éxito con Los detectives salvajes, Anagrama ya debió preocuparse por ir rebuscando en sus cajones, y de ahí extrajo Bolaño este libro, que en su momento se distribuyó como novela. Porque la poesía no vende. Aunque quizá él lo veía más cercano a su poesía. Su poesía es eminentemente narrativa. Pequeños fragmentos que podrían funcionar como relatos cortos y por acumulación, como capítulos de una novela.

Amberes es un libro que no desentona con la producción contemporánea y posterior de Bolaño. Con los años escribió novelas más estructuradas en un sentido narrativo, y creo que eso explica en gran medida la preferencia que muchos escritores dicen tener por Estrella distante y Nocturno de Chile entre sus libros. A mí me sigue pareciendo que su obra maestra, la que seguirá haciendo que muchos se apasionen por escribir, y la que se recordará dentro de 50 años, es Los detectives salvajes. Cierto es que 2.666 es más ambiciosa y más oscura, también menos legible, como diría el propio Bolaño, y tal vez eso la ayude a mantenerse siempre joven en las discusiones de los seminarios de narrativa latinoamericana.

Amberes es un libro menos ambicioso pero en la forma emparentado con Los detectives salvajes. Hablaba hace unos meses de El espíritu de la ciencia – ficción y decía que era un borrador de aquella. Los sinsabores del verdadero policía me pareció un borrador de 2.666 en un sentido parecido. Amberes tiene más entidad propia. La búsqueda del qué es más confusa, porque el libro es más poético. Y toda esta reseña es un fracaso porque la novela o lo que sea Amberes es difícil, muy difícil de poner en palabras. Amberes son 55 fragmentos que iluminan muy poco algo que se queda siempre entre sombras. Hay uno de esos policías extraviados de Bolaño, esos detectives de homicidios con alma de poeta. Hay una pelirroja perdida. Hay Barcelona y alrededores. El título de la novela parece elegido para despistar al incauto. Hay un jorobado. Crímenes. Hay un aire de película de David Lynch. Imágenes bonitas analizadas una a una con poca conexión. Eso también es cine. Esto también es literatura.

Amberes es en cualquier caso un libro que Bolaño decía disfrutar. En wikipedia dicen que dijo que tal vez porque quien lo escribió no era la misma persona que quien lo releía en su edición de 2002. Probablemente sea su primer libro narrativo terminado, aunque sí él mismo lo incluía en los poéticos, no sería el primero entre aquellos. Amberes está escrita en 1980, cuando Bolaño trabajaba, como tantas veces se ha dicho, de vigilante nocturno de un camping. Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce es de 1984 y es su primera novela claramente identificable como tal, aunque cabe recordar que está escrita a medias con A.G. Porta.

Amberes es un librito extraño que se lee en dos horas. Se lee de pie o se lee sentado en un banco incómodo. O acostado en un suelo frío. No es un libro de sillones ni para la cama. Es un librito incómodo que deben leer los incondicionales de Bolaño. Es un libro que en realidad deben leer todos los que leen más allá del sujeto – verbo – predicado – introducción – nudo – desenlace. No es un libro que tiene sentido únicamente como pre proyecto de Bolaño, algo que sí le pasa a sus inéditos póstumos (a algunos, al menos). Yo lo había leído hace tiempo y el viernes pasado me levanté con la sensación de que debía ir a la biblioteca a volver a cogerlo sin falta. Pedí un día de asuntos propios en el trabajo, fui a la biblioteca, lo cogí y lo leí. Y ahora lo cuento. Es un rapto, Amberes, más que una novela o un libro de poesía.

Seguiremos leyendo

Felices lecturas

Sr. E


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