El adulto,
de Gillian Flynn (Reservoir Books)
De
Gillian Flynn he leído hasta el momento todas sus novelas publicadas
en España (Perdida, Lugares oscuros y Heridas abiertas).
De momento puedo decir de ella que sus libros son adictivos, negros y
mordaces. Me tiene ganado y hasta que me decepciones seguiré
pendiente de sus novedades. El adulto es un cuento largo (o
una novela muy corta) que escribió por encargo pero que funciona
perfectamente (lo cual nunca tiene por qué ser contradictorio;
Coppola hizo El padrino por encargo; hay un tema aquí abierto
e interminable, pero al fin y al cabo un trabajo creativo libre surge
en la mente del autor como una especie de autoencargo, si el encargo
viene de fuera, dependerá de lo capaz que sea de llevarlo a su
terreno). Nunca conocemos el nombre de la narradora, que nos va
contando primero su vida, y cómo ha llegado a ella (haciendo un
rápido repaso a su vida, dando una lección de sarcasmo y
condensación literaria). La chica, que ha pasado una infancia y una
adolescencia difíciles, con una madre difícil y cuando menos
peculiar que la ha tenido siempre en un estrato marginal, ha acabado
en un local que ofrece un peculiar doble servicio. En la parte
delantera leen el futuro, en la trasera masturban a hombres
solitarios, y no es casual el doble símbolo de la mano elegido para la portada.
Durante
tres años, hice las mejores pajas en el área de los tres estados.
La clave está en no pensar demasiado. Si empiezas a preocuparte por
cuestiones técnicas, si te paras a analizar el ritmo y la presión,
pierdes la naturaleza esencial del acto. Tienes que prepararte
mentalmente de antemano y luego dejar de pensar, confiar en tu cuerpo
y dejar que se haga cargo. Lo dejé porque cuando has hecho 23.546
pajas en un periodo de poco más de tres años, el síndrome del
túnel carpiano pasa a ser un problema muy real.
Al
principio de la novela vemos cómo ella está pasando de un negocio
al otro. Le da casi pena dejar a algunos clientes amables y
simpáticos, le alegra alejarse de otros. No cree en lo paranormal,
no tiene poderes y lo sabe, pero cree que en el fondo quienes acuden
a esos servicios solo quieren alguien que les escuche y oriente, y
sirve para eso. Poco después, en el primer giro de la novela, una
clienta empieza a contarle que se han mudado hace poco a una casa
enorme y antigua, y que siente que la casa tiene algo enfermizo en su
interior, algo que está perturbado a su hijastro, al que tiene
miedo. Nuestra protagonista ve ahí una oportunidad de hacer negocio,
en plazos irá limpiando el aura de aquella casa. Y empiezan las
sesiones.
Otros
buscan regodearse en tu desgracia. Solo aflojan la mosca si a cambio
les das algo que les haga sentirse bien consigo mismos, y cuanto más
triste sea tu historia, mejor se sentirán por haberte ayudado y más
dinero sacarás. No les culpo. Si vas al teatro, quieres que te
entretengan.
El
tema de la casa encantada es un clásico de la literatura. El de los
triángulos amorosos y los celos, las venganzas frías y calientes,
otro. La novela comienza contando la historia de una chica decidida a
prosperar y que se dedica, de forma simultánea, a las pajas y a la
lectura de auras. Las dos historias se mezclan pronto (la mujer que
la ha contratado es la esposa de uno de los pocos clientes a los que
ha mantenido a su lado). El hijastro (de ella, hijo de él), parece
realmente preocupante. Parece que en la casa pase algo, y eso nos
remite a las historias de Shirley Jackson, a la que se nombra, porque
una de las cosas que hace mientras se supone que está limpiando el
espíritu de la casa es meterse en la biblioteca y leer, pronto
reconoce que alguno de esos libros se los había prestado el marido
(pues mientras duraba el servicio hablaban de lecturas, y él le
dejaba libros). La mirada de la narradora, con la que empatizamos
pronto, es ágil, irónica, inteligente. Sabe leer los secretos y
miserias de la gente y se gana al lector.
El
gato más afortunado del mundo: tiene una habitación propia solo
para cagar.
Un par
de giros muy bien dados nos van confundiendo, la van confundiendo a
ella (los lectores vamos conociendo la historia a la vez que quien
nos la cuenta, no hay reflexión sobre el pasado, tampoco disponemos
de un segundo de adelanto) y nos aceleran el pulso. ¿Quién es
realmente peligroso? ¿El hijo o la madre? Ella está en cualquier
caso en medio y en peligro. Nosotros, que hemos leído la novelita en
media tarde, no sabemos dónde va a desembocar la historia.
En
tal caso, uno de los dos está mintiendo. Supongo que tendrás que
decidir cuál de las dos versiones prefieres creer. ¿Quieres creer
que Susan está completamente pirada o que el pirado soy yo? ¿Cuál
de las dos teorías te haría sentir más cómoda?
Sin
pasarme dando pistas ni anunciando finales, nos dejará con ganas de
más. La historia queda abierta y con ganas de más. No sé cuándo
tendremos a nuestra disposición el próximo libro de Gillian Flynn,
pero en un mundo, el de la novela negra contemporánea, que tiende a
la planicie (o serán mis manías de lector, que se acentúan con la
edad y las páginas leídas), se agradece este sentido del humor
negro, la mala leche y la buena narración de sus libros.
El
chaval resultaba simpático. Era posiblemente un sociópata, pero muy
simpático. Me daba buen rollo.
Seguiremos leyendo
Felices lecturas
Sr. E
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